Descripción
«La biografía de un escritor son sus escritos mismos».
Estas palabras de Francisco Ayala dejan bien al descubierto la posición del autor ante su obra, la conjunción perfecta de vida y arte que ésta representa, y la decisión de un proyecto personal, comprometido consigo mismo y el mundo circundante, orientado desde su inicio hacia la literatura. La trayectoria vital y la de sus escritos, tanto en la vertiente literaria de sus relatos e ficción, como en la de sus ensayos críticos, sus estudios sociológicos, sus recuerdos y olvidos o sus artículos de actualidad, se superponen y complementan en una intrínseca unidad. Desde sus primeras prosas vanguardistas, de juego literario, hasta sus últimos escritos periodísticos o el relato sobre Un caballero granadino, pasando naturalmente por el núcleo de sus grandes obras críticas y de ficción, hay una continua y siempre sugestiva presencia del escritor. Pero es, tal vez, en El Jardín de las delicias, y particularmente en el apartado Días felices -cuando el subjetivismo alcanza su más alta cota- donde esta presencia es más sentida.