Descripción
Cualquier lector que se acerque a estas “reflexiones filosófico-teológicas”, debe pensar que esta obra ha necesitado mucha meditación. El ser humano, por naturaleza, es un “ser pensante”, aunque desgraciadamente los tiempos que corren se prestan poco a reflexionar. Pero la inquietud está siempre latente en cualquier persona medianamente culta. Efectivamente: he necesitado muchas horas de estudio para atreverme a encararme con las eternas inquietudes humanas: Dios, la vida, la muerte, el más allá, las mentes inquietas y preocupadas en conocer que sentido tiene la vida y qué relación guardan las cosas entre sí.
Nadie duda que en amplios sectores del mundo occidental es bien visible una crisis de fe. Pero la que está sobre todo en crisis es la razón. Desde hace muchos años he sentido la necesidad de hacer ver que “Fe y Razón” son compatibles. Fe y Razón no “fe contra razón” De ninguna manera. Estoy plenamente convencido de que la fe no se sostiene sin la razón. He consumado mucho tiempo recordando mis estudios de Filosofía y Teología y, de manera especial, han sido mi vida docente y artística las que me han hecho ver y comprender aquello que decía San Agustín:”Todo el que cree, piensa, porque la fe, si lo que se cree, no se piensa, es nula”.
He empleado, asimismo, una buena parte de mi vida en conocer la trayectoria humana de personajes que han dejado una estela imborrable :San Agustín, Antonio Machado, Manuel García Morente, Soren Kierkegaard, San Juan de Ávila, Rosalía de Castro, Nietzsche, Giovanni Papini, etc., quienes me han llevado ineludiblemente a intentar encontraR la “Verdad”, que no es otra sino Cristo. Y he llegado a la conclusión que hay que buscar no a un Dios abstracto, sino al Dios concreto que se hizo Cristo. En estos “HACES DE LUZ” encontrarás, benévolo lector, estas claras y orientadoras ideas.